A través de los años por Liberace

lunes, 9 de septiembre de 2013

LOS SUPERSÓNICOS, UNA FAMILIA DEL FUTURO


En 1962, los Estudios Hanna-Barbera crearon a esta singular familia que vive en alguna lejana galaxia y en un tiempo futuro. Gracias a Los Supersónicos, los niños de mi generación imaginamos que algún día podríamos habitar en casas suspendidas en el aire, que nos transportaríamos en naves espaciales y que además, tendríamos en nuestra casa a un robot que se encargaría de atendernos sin quejarse nunca.
Algunos consideran que esta caricatura es la versión futurista de Los Picapiedra. Para mí, las dos tienen su particular encanto y creo que disfrutarlas por separado, sin ninguna intención de intentar buscar similitudes, es la mejor manera de preservar en nuestra memoria el grato recuerdo que nos dejaron sus emisiones por televisión, sus estampas, historietas, peluches y demás juegos que sobre ellos se hicieron hace mucho tiempo.
Las estampas 237 a 252 del Carnaval de Hanna-Barbera nos presentan las aventuras de Los Supersónicos. Por cierto, la serie animada original (a la que se refiere el álbum) consta de 24 episodios y además, se hicieron 3 películas para la televisión.
La familia está compuesta por Súper Sónico, quien trabaja en una empresa espacial llamada Engranes Júpiter. Su jefe, el señor Júpiter (en ocasiones se le llama Cosmo), un hombre de baja estatura, escaso cabello y gran bigote, disfruta hacer la vida imposible a su noble empleado y por eso, no desperdicia cada oportunidad que se le presenta para molestarlo. Su voz al español estuvo a cargo de Carlos Rotzinger.


En la serie de televisión aparecía de vez en cuando un personaje igualito al señor Rajuela. Él representaba la competencia de Engranes Júpiter. Sin embargo, sus técnicas no siempre son buenas pues intentaba robarle al señor Júpiter todos sus secretos industriales (en más de una ocasión intentó allegarse de tan preciada información valiéndose de la inocencia de Súper.

La señora de la casa es Ultra (su voz al español la hacía Rita Rey) y es una compradora compulsiva, por esta razón, la mayor parte del día la ocupa en visitar los centros comerciales.

Lucero Sónico es una linda adolescente que enfrenta los problemas típicos de la edad. Le gusta la música moderna y es, por sobre todas las cosas, romántica y sentimental. Su voz al español la realizaron alternadamente, Eugenia Avendaño y María Antonieta de las Nieves.



El pequeño Cometín es el menor de la familia. Tiene apenas 6 años, es bajito y regordete y tan pronto sale de la escuela, no piensa en otra cosa que no sea jugar al lado de su mascota, el perro Astro, quien gracias a su curiosidad y falta de pericia, constantemente mete en apuros a la familia.

En el doblaje al español de Astro participaron Alejandro Ciangherotti, Sergio de Bustamante y Jorge Arvizu.

La sensacional Robotina es la encargada de las labores domésticas en casa de la familia Sónico. Es inteligente y servicial. A pesar de que es un modelo antiguo, ningún robot podrá suplirla en sus quehaceres pues es considerada por Los Supersónicos como un miembro más de la familia. Por cierto, Rosario Muñoz Ledo se encargó de realizar la voz de este personaje en la serie doblada al español.



La narración de la caricatura estuvo a cargo de Carlos David Ortigosa (en esa época hacía la presentación de las series de televisión Combate, El Avispón Verde y El Súper Agente 86, entre otras).

En la estampa 239 podemos ver a Cometín tripular su propia nave espacial. Ha terminado un día más de clases en su Escuela Siglo XXI y, mientras disfruta una paleta de caramelo, se dispone alegremente a jugar.

Cometín viste siempre un simpático conjunto de peto color verde de una sola pieza y que incluso, le cubre completamente los pies. Lleva una camisa blanca y un extraño collar en color rojo que hace las veces de cuello. Su gorra es también verde y le queda chica pues la visera apenas cubre la parte media de su cabeza. Esta singular gorra tiene un diseño altamente sofisticado y muy ad hoc con la era espacial en la que viven Los Supersónicos pues está provista de una antena.





La estampa 243 nos muestra a la diligente Robotina realizando las tareas diarias que exige su ocupación.

Astro camina contento y se prepara a disfrutar del enorme hueso que tomó del museo, ignorando las consecuencias de su terrible equivocación. Su carácter distraído y despreocupado lo podemos ver en la imagen que nos lo muestra la estampa 242 del Carnaval de Hanna-Barbera.

A pesar de que Supersónico sólo trabajaba 3 horas al día durante 3 días de la semana y que en su trabajo prácticamente todo se hacía a través de una gran computadora, su mayor pasatiempo era disfrutar la siesta.




En muchas ocasiones, Astro se encargó de interrumpir el dulce sueño de su amo. Las continuas distracciones de este gran danés del futuro terminaban –la mayoría de las veces-, complicando la vida de Supersónico

Un ejemplo de esta repetida situación, la podemos ver en la estampa 245. Súpersónico descansa en el jardín y se dispone a tomar un rico vaso de limonada. 




Sin embargo, intempestivamente lo arrolla Astro quien se divierte persiguiendo al perro del vecino.

Por cierto, en ese tiempo las mascotas también gozan de los beneficios de la ciencia pues se deslizan cómodamente en sus propios platillos voladores.

Por cierto, Los Supersónicos disfrutaban pasar sus vacaciones en el planeta Venus. Vestían sus coloridos y ligeros trajes de playa (ignoro si había playa) y además, usaban sus lentes obscuros con diseños muy propios para la época.


En la página 30 y con la estampa 253 de Los Supersónicos disfrutando sus vacaciones, termina el espacio que el Carnaval de Hanna-Barbera dedicó a este clásico de las caricaturas.