Y ahora, en la
estampa número 161 podemos ver a Los
Osos Montañeses, Dulce Abuelita, Lindo Pulgoso y Loopy de
Loop, admirar las grandes proezas que realiza el pequeño héroe de la
televisión: La Hormiga Atómica.
La Hormiga Atómica es una hormiga de color rojo muy especial pues no tiene
como todas las hormigas de su especie 6 extremidades. Tiene dos piernas
delgadas y dos musculosos brazos capaces de levantar los objetos más pesados
que se pudieran imaginar. Nuestro pequeño héroe viste una larga sudadera de
cuello alto de color naranja, que le cubre su amplia caja torácica (al frente
lleva grabada en color morado la letra “A”). Sobre su cabeza redonda, lleva un
casco de color blanco sujeto con una cinta bajo su mentón. Su casco está
provisto de dos pequeños orificios de los cuales sobresalen sus antenas,
diseñadas especialmente para recibir señales
de auxilio. Lleva además unos pantaloncillos deportivos color azul. La Hormiga Atómica, pese a su tamaño,
puede levantar toneladas, moverse a una gran velocidad, volar despidiendo una
estela brillante tras de sí y recibir señales de radio por sus antenas. En
las estampas 162 y 172, podemos ver a La
Hormiga Atómica preparándose para enfrentar a algún enemigo.
Así, como escudo
protector utiliza una corcholata y como espada de ataque un alfiler. En otro
cromo la podemos ver saboreándose el apetitoso pastel que le preparó Dulce Abuelita.
Cuando escuchábamos
su célebre grito de batalla “Contra el mal, la Hormiga Atómica”, nos
disponíamos a disfrutar su demostración de fuerza e inteligencia al servicio de
la justicia. Por cierto, apenas 25 capítulos de este personaje se hicieron para
la serie de televisión y Juan José Hurtado se encargó de prestar su voz a La Hormiga Atómica.
En las estampas
163, 164, 170 y 172 aparecen Dulce
Abuelita y su peculiar mascota: Lindo
Pulgoso.
Lindo Pulgoso es un perro peludo de gesto adusto y burlón que
tiene la peculiaridad de poder reírse entre dientes de los infortunios de los
maleantes que pretenden dañar a su ama (su risa es similar a la de Patán). Por cierto, este singular can suele deambular a cuatro
patas como cualquier perro normal aunque si así lo desea, también puede pararse
en dos patas. A pesar de los cuidados de Dulce
Abuelita, el aspecto de Lindo
Pulgoso es el de un perro callejero, pues siempre luce desgreñado y
melenudo.
Dulce Abuelita es una viejecita amable con cabello completamente
encanecido. Sin embargo, lleva un peinado que combina el estilo propio de las
damas de su edad (recogido en un moño por detrás) pero aderezado con un toque
juvenil propio de los años 60’: el fleco que cae de manera desordenada por su
frente. Lleva anteojos y una expresión audaz y despierta. Ordinariamente viste
un traje sastre color rosa pero suele usar pantalones o faldas modernas
dependiendo de la actividad diaria; además, goza de buena salud y con un
carácter inusual para una señora de su edad. Monta en motocicleta, surfea o escala, según la ocasión. ¡Ah!, para ella no
hay nada mejor que la compañía de su adorada mascota. Ella lo cree tierno, de
buenos modales e incapaz de hacerle daño a nadie. Lindo Pulgoso pasa el día descansando y defendiendo –sin que su ama
se entere-, de todo tipo de problemas.
La presentación de esta serie animada estuvo a
cargo de Ken Smith, mientras que Juan
José Hurtado prestó su voz a Lindo
Pulgoso y Magdalena Ruvalcaba se
encargó del doblaje al español de Dulce
Abuelita.
En la estampa 163 podemos ver a la ingenua Dulce Abuelita caminar por su casa llevando un maletín cargado de
joyas sin darse cuenta que es observada por un malandrín que la acecha desde la
ventana.
En el cromo 173, aparece una imagen clásica de esta entrañable caricatura: Dulce Abuelita conduciendo su motoneta
a toda velocidad mientras Lindo Pulgoso,
sentado en la parte trasera, con su risa burlona, desafía la fuerza del viento…
En el programa de La Hormiga Atómica
también presentaban la caricatura de una familia de osos que habitaban en algún
lugar del sur de los Estados Unidos de América: Los osos montañeses.
Esta singular familia estaba integrada por Apá Roque (Rubens Medel hizo el doblaje al español), la Amá (doblada por Magdalena Ruvalcaba), Florecita y el pequeño Huerco (Rocío Garcel se encargó del
doblaje de ambos al español).
En la estampa 165, podemos ver al Apá
Roque descansar plácidamente mientras llega la presa de cacería. Es un gran
oso pardo bastante perezoso y despreocupado. Jamás ha trabajado pero eso sí,
siempre está cansado y por ello, no desperdicia ningún momento para dormir la
siesta.
La Amá, es una osa chaparrita y
regordeta que lleva como prendas únicas de vestir, un delantal blanco y una mascada
rosa. Al igual que el Apá Roque,
acostumbra fumar tabaco en una pipa. Además de realizar las faenas del hogar,
tiene que realizar los trabajos propios de su esposo y procurar el alimento
diario para su familia.
Florecita es una simpática y jovial osita de color amarillo. Es
tímida y romántica; sus ojos son grandes y expresivos y han cautivado a más de
un oso en la montaña. Usa un coqueto sombrerito adornado con una flor blanca y
disfruta mucho tocar la guitarra eléctrica en el singular grupo musical que forma
con su familia.
El pequeño de la
familia se llama Huerco. Viste un
sombrero color café de ala ancha vuelta hacia abajo y para completar su atuendo,
usa un desgastado chaleco azul. Este osito adora a su papá y por extraño que
parezca, Huerco aspira a ser como él
cuando sea mayor.
En las estampas 168
y 176 del Carnaval de Hanna Barbera,
podemos verlo correr gustosamente por la pradera, armado con su rifle en plena
cacería y huir sigilosamente tras errar el tiro que por mala suerte (en
realidad mala puntería), dio en la hamaca donde Apá dormía la siesta, provocando la estrepitosa caía de éste.
Los 26 episodios
que se transmitieron en la serie de televisión (hecha en 1965) fueron
presentados por ken Smith.
Y ahora, me
encuentro con una grata sorpresa. Muchos y gratos recuerdos tengo de este
personaje de caricaturas. Al inolvidable lobo bueno color marrón que conversaba
con acento francés, podía verlo en mis primeros libros para colorear, además de
la televisión y en algunos cortos de cine que solían pasar antes de la
proyección de la película. También aparecía en el libro de lecturas de primer
año que editaba la SEP una pequeña historia de Loopy de Loop quien se
desempeñaba como trabajador en un circo.
Los cromos o
estampitas que logré conseguir de este personaje tenían a mis ojos un encanto
especial y por ello, el entrañable lobo bueno pronto se convirtió en uno de mis
personajes animados favoritos. Loopy
es un lobo alto, fuerte, de amplio pecho y con la apariencia de los típicos
leñadores de los lejanos bosques canadienses.
Nuestro buen amigo
viste un gorrito de punto amarillo con borla y esponjada bufanda amarilla al
cuello. Sin duda, Loopy de Loop está
determinado en convencer a los humanos sobre el hecho de que los lobos pueden
ser animales buenos, educados y caritativos tanto o más que él. Pero la mal
ganada reputación de los lobos provoca entre las personas que ven a Loopy que lo traten como una bestia
salvaje y perversa. Y ahí tenemos siempre a Loopy corriendo sin parar para salvar su vida. Pero estos
sinsabores no afectan en nada el ánimo de Loopy.
Así, lo vemos una y
otra vez recorriendo la ciudad o el campo para ofrecer desinteresadamente su
ayuda a pesar de ser un lobo. Su frase más recordada es "Soy Loopy de
Loop, el lobo bueno".
Entre los capítulos
que más recuerdo del gentil lobo, se encuentra el que presenta la adaptación
del cuento de Ricitos de Oro y los Tres
Ositos. En esta historia, Loopy
se desvive por salvar de los múltiples peligros a los que se enfrenta el
pequeño bebé. Sin embargo, siempre que Loopy
lo rescata y lo pone a salvo y de regreso a casa, papá oso -dudando de la
bondad del lobo-, le asesta un golpe en la cara o de plano, le estrella un
panal de abeja en la cabeza.
En 1979 fui al cine
con mi hermano Miguel y mis primos Gustavo y Rubén. Antes de la película
(íbamos a ver Piraña), luego de los
clásicos cortos que producía Demetrio Bilbatua y el noticiario que narraba
Jorge Zúñiga, nos proyectaron –como a la vieja usanza-, una caricatura de Loopy De Loop (de hecho, esta
caricatura no se creó para la televisión sino para transmitirse en el cine).
A través de
aquellas imágenes me transporté a mis años de niño y jamás pensé que para que
volviera a ver una caricatura del lobo bueno, tendría que esperar casi 30 años.
Ahora, puedo
disfrutar como cuando era niño de aquellas sensacionales estampas del álbum Carnaval de Hanna-Barbera. También,
puedo mostrarles a mis hijos el álbum de dibujos animados hechos y coloreados
con mis propias manos en los que sin duda alguna, Loopy De Loop ocupa un lugar especial.
En mi álbum, apareció en las páginas 20 y 21 compartiendo créditos con La Hormiga Atómica, Lindo Pulgoso y Los Osos Montañeses y se le dedicaron de manera exclusiva las
estampas 169, 174 y 175, en las que podemos verlo alimentar a una ardilla del
bosque, limpiando el jardín de Dulce
Abuelita y como audaz salvavidas, listo para prestar su ayuda a quien lo
necesite.
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